Montaña Palentina
La comarca de la Montaña Palentina, se encuentra al norte de la provincia y fue declarada Parque Natural en el año 2000. Limita al oeste con León y al norte y al este con Cantabria y cuenta con 78.360 hectáreas. Los municipios pertenecientes a esta comarca son diez aunque estos agrupan 98 núcleos de población:
- Aguilar de Campoo
- Brañosera
- Castrejón de la Peña
- Cervera de Pisuerga
- Dehesa de Montejo
- La Pernía
- Polentinos
- San Cebrián de Mudá
- Triollo
- Velilla del Río Carrión
Sus picos y crestas, modelados por la erosión en las calizas montañosas, compactas y firmes, rebasan los 2.500 metros de altura y generan una orografía asombrosa con agujas pétreas únicas, cortados impresionantes, murallones verticales y valles profundos. En este paraje es habitual hallar también estanques de agua formados por la acción de glaciares pretéritos.
Dos cursos de agua principales tienen su inicio en estas sierras: el Carrión y el Pisuerga. El primero surge en la parte más accidentada del macizo, y sus manantiales -la Laguna de Fuentes Carrionas, que da nombre a toda la comarca- están tan escondidos que incluso es factible avistar allí ejemplares de oso pardo. El Pisuerga mana en un enclave -Fuente del Cobre- con un panorama más llano y donde predominan las grandes extensiones boscosas de árboles caducifolios, como hayedos y robledales.
En este territorio, adicionalmente, se localiza una de las colecciones de arte románico más vastas y significativas del planeta, coexistiendo con la tipología constructiva tradicional en muchas de sus localidades, actualmente severamente afectadas por la despoblación.
Formaciones Rocosas.
Esta zona se caracteriza por su índole geológica extremadamente intrincada, albergando una secuencia de doblegamientos de variadas magnitudes y una imbricación de estructuras alóctonas (materiales desplazados), todo ello segmentado por abundantes fracturas (fallas) y una amplia gama de litologías. Los mecanismos de esculpido terrestre contemporáneos resultan sumamente eficaces debido a esta heterogeneidad y al vigor del modelado. Las calizas de la Montaña Palentina, atravesadas por una tupida malla de diaclasas (grietas), han propiciado una significativa proliferación de relieves kársticos, primordialmente en su modalidad hipógea (subterránea). A lo largo del período Cuaternario, el fenómeno glaciar fue predominante, como lo prueban las depresiones circulares, los resaltes, los valles con sección transversal en artesa y los conjuntos de depósitos morrénicos terminales que configuran un escenario inequívocamente alpino.
Paisaje.
En la depresión del río Carrión se perciben notables oposiciones entre las vertientes de fuerte pendiente con poca capa vegetal y donde la piedra predomina, y las hondonadas con una densa cubierta de matorrales y una variada gama cromática estacional, en tanto que en el área del Pisuerga resalta la existencia de grandes superficies cubiertas de árboles que se desarrollan sobre un relieve menos pronunciado.
Vegetación, Flora y Fauna.
Masas forestales de hayas, robledales de roble albar, bosquetes de álamo temblón, abedulares, encinares, sabinares de sabina albar, la arboleda autóctona de pino silvestre de Velilla del Río Carrión que se diferencia notablemente de los macizos repoblados. Entre las formaciones arbustivas sobresalen los avellanares, el majuelo, los endrinos, las retamas, la escuernacabras, los acebos, los tejos, los mostajos... Retamares, brezales, aulagares, sabinas rastreras... constituyen la capa de matorral. Respecto a las formaciones herbáceas, tienen un rol principal los pastizales y los pastos de cervuno junto a las comunidades que se desarrollan en rocas, canizales y humedales turbosos.
La gran riqueza y surtido de especies animales es una cualidad distintiva de este emplazamiento, situado en la confluencia de las áreas atlántica y mediterránea. Aquí coexisten taxones característicos del dominio atlántico, como el pico mediano y el pico negro, el urogallo, el carbonero palustre, el treparriscos, el gorrión alpino, la chova piquigualda, el acentor alpino, la marta, el lirón gris, la liebre de piornal, la lagartija de turbera, la lagartija de Bocage, la víbora de Seoane, la rana bermeja..., junto a especímenes de la fauna mediterránea, como la culebra bastarda, el lagarto ocelado o el avión roquero... Además de estas, se deben citar otras especies de elevado interés como el oso pardo, el rebeco cantábrico, la nutria, el gato montés, el desmán ibérico, el águila real, el águila perdicera, el alimoche, el buitre leonado, el halcón común, el aguilucho cenizo, el búho real...






















